La noche del viernes 15 de agosto, Coco Santos y Orlando Fernández, mejor conocidos como «Clubz» ofrecieron una experiencia inmersiva que fusionó música, nostalgia, tecnología y una impecable curaduría artística en el Pepsi Center WTC de la Ciudad de México.
El motivo de la celebración fue por Radio Kono, su más reciente álbum, un material que experimentar con nuevas texturas sonoras sin abandonar el synth-pop que caracteriza al dúo desde sus inicios.
Y aunque el disco marcó todo el evento, la noche sirvió también para rendir tributo a su evolución musical, con un recorrido por sus distintas etapas, desde Texturas hasta Épocas.
Un noche mágica…
La velada arrancó con la energía vibrante de Kirnbauer, quien dejó el escenario encendido y listo para la llegada del dúo. En punto de las 21:00 horas, las luces se apagaron y comenzó a sonar Cinema Terror, desatando la euforia colectiva.
Desde los primeros acordes de Número Uno y Spléndido, quedó claro que Clubz no solo había llegado a llenar un recinto: había llegado a consolidarse como uno de los actos más visionarios del pop alternativo latinoamericano.
El despliegue visual fue uno de los grandes protagonistas. Una pantalla de paneles modulares, luces estroboscópicas, atmósferas retro-futuristas y una escenografía que parecía sacada de un videoclip ochentero hicieron que cada canción fuera también una pieza audiovisual.
En escena, Coco y Orlando estaban acompañados por músicos en vivo, lo que potenció la ejecución instrumental y generó una conexión palpable con la audiencia.
A lo largo de la noche desfilaron temas como Cortes Modernos, Discomanía, Algo Nítido y El Rollo, cada uno acompañado por ovaciones y saltos coreografiados espontáneamente por el público.
Pero los momentos más memorables llegaron con los invitados especiales: Santi Casillas de Little Jesus encendió al recinto con Fútbol Rock, entre confeti y pelotas gigantes que simularon balones; María Torres de Disco Bahía aportó una atmósfera más íntima y elegante en Cáile, mientras que Kirnbauer regresó al escenario para interpretar con fuerza y emotividad el icónico Nagano.
El viaje continuó con temas ya clásicos como Épocas, Templos, Meteoro, Replica y Áfrika, cada uno funcionando como eslabones de una cadena que unía pasado y presente del dúo.
La emoción alcanzó su punto más alto cuando, antes del encore, los miembros de Clubz recibieron de manos de la AMPROFON dos Discos de Oro por las ventas de Nagano y Popscuro. Visiblemente conmovidos, Coco y Orlando agradecieron a sus fans por más de una década de apoyo incondicional.
Y aunque el clímax parecía haber pasado, el final trajo una explosión emocional con Palmeras, Popscuro y Súper Visión, temas que cerraron la noche entre luces a todo volumen, gritos, abrazos, y una atmósfera de celebración total.
Como gesto final, Orlando bajó del escenario para firmar objetos, convivir con los fans y sellar una noche que dejó huella…


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