La icónica banda colombiana Aterciopelados ofreció un concierto inolvidable la noche del viernes 20 de junio en el Centro de Espectáculos La Maraka, en la Ciudad de México.
Con una mezcla única de crítica social, ritmos vibrantes y un recorrido por sus grandes éxitos, el dúo formado por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago volvió a demostrar por qué son referentes indiscutibles del rock latinoamericano.
El público capitalino vibró con la presentación de su más reciente álbum Genes Rebeldes (2025), un material que fusiona sonidos andinos, bolero, electrónica y punk, con letras que promueven la conciencia social, el feminismo y la protección del medio ambiente.
La velada estuvo acompañada de un ambiente íntimo que permitió a los fans disfrutar de un espectáculo cercano, con luces suaves y visuales artesanales inspirados en el trabajo de Andrea como ceramista.

Además de temas nuevos, los asistentes corearon clásicos que marcaron toda una generación, como “Florecita Rockera”, “Bolero Falaz”y “Maligno”.
Cada interpretación desató ovaciones y gritos que reflejaron el cariño del público mexicano, que ha seguido fielmente a la agrupación durante más de tres décadas.
Uno de los momentos más sorpresivos y emocionantes de la noche fue la participación especial de Jonás González, fundador de Plastilina Mosh, quien se unió a Aterciopelados para interpretar “Castígame”, “Noreste Caliente” y “La Ciudad de la Furia”, combinando el funk y la irreverencia característica del músico regiomontano con la esencia contestataria del dúo colombiano.
La colaboración inyectó una dosis extra de energía que terminó de encender el recinto.

Antes del acto principal, el escenario fue tomado por la agrupación femenil “Que siempre sí”, quienes sorprendieron con su propuesta fresca y potente, dejando claro el talento que viene empujando en la escena musical mexicana.
La noche cerró con “Luz Azul”, canción que encapsula la filosofía de Aterciopelados: la música como vehículo para la conciencia, la belleza y la revolución.
Entre aplausos y gritos de admiración, la banda se despidió reafirmando su independencia artística y agradeciendo el apoyo incondicional del público mexicano.
Con este concierto, Aterciopelados no solo presentó su nueva etapa musical, sino que también reafirmó su lugar como uno de los grandes referentes del rock en español, capaces de combinar fiesta, reflexión y un mensaje de cambio social.



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